Los de 4º estamos en pleno desafío. Primero tuvimos que superar una prueba porque no solo hay que entrenar físicamente, también hay que hacerlo mentalmente. Y una vez superado, ¿en qué consiste el desafío? En intentar subir los catorce ochomiles. Y lo realizamos corriendo (sabemos que es imposible si lo lleváramos a la realidad pero correr también implica mucho esfuerzo y, en ocasiones, a alguno nos falta el oxígeno, el pabellón es bastante frío... Bueno, que lo hemos utilizado como aspecto motivador y lo hemos conseguido).
Cada uno corre a su ritmo con las pausas de recuperación necesarias (sabemos el ritmo de cada uno gracias a una prueba de resistencia que realizamos y al programa CALADU y las pausas de recuperación las realizamos andando) y luego sumamos los metros que hemos corrido cada uno para ver cuánto hemos recorrido como grupo.
Ya hemos conseguido alcanzar la cima de siete picos (los más bajos). Nos quedan tres sesiones y lo vemos un poco difícil pero no nos vamos a rendir. ¿Lo conseguiremos? Igual nuestro desafío Everest nos puede servir para un nuevo desafío (y más real): la carrera de la riera en Montalbán en marzo...
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