La semana pasada los alumnos de 4º de primaria realizaron un experimento aprovechando la visita de la pediatra, quien nos habló de la importancia de lavarse bien las manos.
En casa la profe hizo gelatina y la llevó a clase. En uno de los tarros metimos las manos sucias (como las llevábamos en ese momento. Con meter las yemas de los dedos basta); a continuación, nos lavamos las manos como nos habían enseñado y metimos las manos en la gelatina pero en este caso en otro tarro diferente. Cerramos los tarros y esperamos unos días.
Pasada una semana, ¡mirad lo que ha ocurrido!
¡Qué importante es lavarse las manos! ¡Pero sin obsesionarnos! También nos hemos dado cuenta de que cuando nos lavamos las manos aún no llegan a estar limpias del todo.
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